SEGUNDA SESIÓN DE DINÁMICAS DE GRUPO
Una de las mejores maneras para
trabajar el teatro social es las famosas dinámicas de grupo que en otras
entradas hemos explicado.
Para romper el hielo y crear buen
clima de grupo comenzamos jugando a lanzar la palmada pero con varias
modificaciones ya que en este caso se añadían elementos como el rebote y la
palabra “supercalifragilisticoespialidoso” para ir cambiando de sitio.
La dinámica anterior se
transformó en un círculo conjunto en el que debíamos mirarnos a los ojos y
cambiar de posición. Esta fue uno de las dinámicas que más nos costó porque
muchos de nosotros no nos conocemos y por tanto nos resultaba complicado.
Como último ejercicio de
“calentamiento” nos dedicamos a andar por la clase siguiendo unas líneas rectas
imaginarias, sin chocarnos. Íbamos alternando las posiciones, cambiando de la
posición 0, a la 1 y más tarde a la 2. La intención de este ejercicio era
dejarnos guiar por el grupo y llegar todos a la vez a los distintos puntos.
A continuación cambiamos la
dinámica y nos pusimos en parejas para practicar el juego del espejo. Primero
mandaban unos y luego los otros. Esta dinámica fue sencilla ya que el que
mandaba realizaba los movimientos que creía convenientes y el otro debía
dejarse llevar e imitarlo. No todos los participantes consiguieron
compenetrarse con su compañero y fueron muchos los momentos en los que la
dinámica acabo en risas cómplices entre las parejas.
La siguiente dinámica fue el
juego de los peces. En dos grupos distintos y en tiempos diferentes debíamos
imitar un banco de peces en el cual uno mandaba sobre los demás y el resto
debía seguirlo. El líder no siempre era el mismo sino que iba rotando entre la
totalidad de sus miembros.
Antes de finalizar con el teatro
realizamos el juego de los árboles y las ardillas. Este juego comenzaba con
todos los participantes distribuidos por el aula con los ojos cerrados y una
música relajante de fondo. El profesor cuando observo el ambiente de grupo
calmado, se fue acercando a algunos participantes y los despertó para que pasaran a ser
ardillas. Las personas que seguían “dormidas” pasaron a ser los árboles.
Tras esto cada ardilla debía
elegir un árbol y “pasearse” por el utilizando las manos. Al finalizar este
turno, se invertía el orden y las ardillas pasaban a ser árboles y viceversa.
Al finalizar la dinámica, la sensación de grupo fue de tranquilidad y serenidad.
Por último y para acabar la
sesión de dinámicas hicimos una representación de historias mediante una
escultura. Para ello comenzamos en grupos reducidos contándonos una historia en
la cual se vivía una injusticia. Una vez elegida una única historia en cada
grupo, pasamos a su representación.
Debido al escaso tiempo de la
sesión, solo fue posible representar una historia. En ella, sus participantes
debían colocarse en la situación que se vivió mientras el locutor iba
contestando a las preguntas del grupo para poder adivinar la historia. Cuando
el grupo ya conocía la historia, varios voluntarios fueron saliendo para
cambiar la escultura de una situación injusta a una justa. Para finalizar con
la dinámica, dos participantes hicieron de “ángel” y “demonio”. Los dos se
situaban al lado de uno de los miembros de la escultura, el ángel intentaba
mediar en la situación y buscar el bien en esa persona para que la situación
cambiase a ser justa y por el contrario el demonio fomentaba la situación
injusta y buscaba la violencia.