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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Entrada complementaria 3

MUSICOTERAPIA Y JÓVENES


De todos es sabido que la música hace maravillas. Tras varios estudios, se ha descubierto que la musicoterapia conforma un remedio para la reducción de la depresión en niños y adolescentes con problemas conductuales o emocionales.

Los/as niños/as que reciben terapia musical han conseguido mejorar su autoestima de forma significativa, reduciendo también la depresión en comparación a aquellos/as niños/as que no recibían esta terapia. Además, se ha observado una mejora de las habilidades sociales, entre ellas las de comunicación e interacción que podrían mantenerse a largo plazo. Es la primera vez en muchos años que se ha constatado oficialmente la eficacia de la musicoterapia en niños y jóvenes con necesidades especiales.

La musicoterapia se utiliza en muchos campos para tratar enfermedades como el autismo, neurosis, en el ámbito geriátrico, en trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia… Para ello son necesarios terapeutas especializado es en este ámbito y que están acostumbrados al trabajo multidisciplinar tanto en escuelas, hospitales o centros comunitarios.
Encontramos para esta terapia dos formas de musicoterapia, por un lado la receptiva que se basa en escuchar música y realizar alguna actividad mientras escuchan como puede ser la meditación, relajación, etc. Con esto se produce cambios físicos y emocionales en los pacientes, así como una reducción del estrés, alivio del dolor y energización del cuerpo.

En cambio, en el modelo activo, el profesional utiliza la improvisación para estimular, guiar o responder al paciente que utiliza su voz o un instrumento musical. Mediante la relación musical creada entre ambos, paciente y profesional, el primero puede experimentar en sí mismo de otro modo y profundizar en sus problemas tanto relacionales como emocionales.
En conclusión, la musicoterapia permite a los pacientes ser partícipes de su propio cambio, así como ser más conscientes de sus sentimientos, conectar con sus emociones y experimentar cambios positivos en sus estados de ánimo. En nuestra opinión, la musicoterapia debería ser una opción disponible a todo el mundo y debería estudiarse y aplicarse en todos los ámbitos en los que se desarrolla una persona.



"La música me inspira, me relaja, me anima, me hace pensar, me hace viajar, me hace soñar"

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